Mientras mi cuerpo metaboliza todo lo que me comí la noche pasada vamos a terminar este somero repaso a lo bueno que nos dio parilla televisiva del año que está a punto de expirar:
LO BUENO (2)
AMERICAN HORROR STORY. Los creadores de Glee y Nick and Tup nos hielan la sangre con esta serie, que si no me falla al memoria es una de las primeras en las que el terror es su principal componente. Miedo del de verdad, malrollero, de imágenes que se nos quedan en la retina, haciendo que volvamos la vista.
Pero lo verdaderamente original de la propuesta es que en esta Casa de los Horrores, a la que vienen a "vivir" los Harmon habitan una cantidad ingente de antiguos propietarios y personas que han sido asesinadas bajo su techo: El mad doctor y su esposa obsesionada por tener un bebé; La Dalia Negra (Mena Suvari); La sexi criada (según quien la mire) y el infiel marido de la vecina Constance (Impresionante Jessica Lange); Tate, el psicótico hijo de ésta, que masacró a quince chavales de su instituto, entre otros muchos... Y así podía seguir. Pero estos fantasmas no son almas en pena, sino que conviven, interactúan con los vivos. Algunos son buenos y otros no tanto. Si exceptuamos a series como A dos metros bajo tierra y Dead Like Me, nunca se había presentado de una manera tan original a los espectros.
Aparte de esto, nos encontramos ante una historia sin concesiones, como podréis ver al final de la temporada con la muerte de todos los miembros de la familia Harmon y dejando una puerta abierta con el pequeño que Vivien da a la luz, el cual parece ser algo "especial". Divertida y escalofriante por momentos.
THE SHADOW LINE. Esta miniserie, noir británico, nos pone en la piel de dos personajes principales: El inspector Jonah Gabriel y el consigliere de un mafioso, Joseph Bede. Cuando el narcotraficante aparece asesinado se desencadena una ola de hechos que van a repercutir en la vida de los dos hombres. Caja china en la iremos conociendo sucesos pasados que nos darán una visión amplia de la trama y que cuenta con la gran interpretación de Stephen Rea, que como el letal Gatehouse ensombrece todo lo que toca.
BLACK MIRROR. Charlie Brooker, guionista y productor inglés al que veneramos desde aquella maravilla titulada Dead Set, regresa a las pantallas con una trilogía de historias en las que se critican las redes sociales, la televisión y sus programas, y la vida en pareja.
En The National Anthem el Primer Ministro es obligado a mantener sexo con un cerdo tras el secuestro de un joven miembro de la Casa Real.
Fifteen Million Merits muestra la crueldad de programas como X-Factor, en un entorno futurista, y como la historia de un amor secreto se trunca y la rebeldía puede ser comprada por unos minutos en la televisión.
The Entire History of You. Un dispositivo hace que se pueda visionar toda la vida de uno mismo y esto hará que el protagonista, celoso compulsivo, lleve su vida matrimonial al límite.
Mordaz, cínica, desencantada, valiente. Los guionistas sitúan en un entorno futurista (excepto la primera historia) hechos de ahora y los machacan sin piedad, mostrando lo cruel que pueden ser muchas vidas influidas por la televisión y otros medios.
BOARDWALK EMPIRE. Muchos la han criticado por estar bien hecha, la han tildado de fría, pero esta segunda temporada ha venido a demostrar el talento de los creadores de esta serie que nos narra una proción de la historia norteamericana. Es verdad que el protagonista, Nucky Thompson ha quedado algo eclipsado por el alzamiento de su antiguo pupilo, James Darmody, que aliado a las fuerzas vivas del lugar, le hacen frente e intentan hacerlo caer de su trono. Pero Thompson no está donde está haciendo amigos, sino siendo expeditivo y es por ello que el final de esta temporada nos reserva una sorpresa amarga, terrible, que va a repercutir en el devenir de la historia.
Los creadores borran de un plumazo a este personaje, James Darmody, al que prácticamente han dedicado toda esta temporada y no lo vemos venir, pensamos que tal vez haya lugar para un regreso bajo el ala protectora de Thompson, pero él no perdona la traición y todo acaba bajo la lluvia, con un disparo en la cara.
Además de esto, el status del agente Van Alden, más violento y psicótico que muchos de los gangsters que se nos presentan, va a cambiar, conviertiéndolo en un fugitivo.
Si esto sigue así, preveo que esta va a ser una de esas grandes series para colocar entre los mejores productos televisivos.
DOWNTON ABBEY. La vida de los Grantham continúa, esta vez con la Guerra Mundial como eje de todo lo que ocurre. Personajes que marchan a las trincheras, algunos morirán, otros regrearán tocados por la contienda y mientras tanto, bajo el enorme techo de la mansión las vidas de sus habitantes continuará.
Sobria y muy british, para amantes de productos bien terminados. Algo fría, eso sí. Pero manteniendo el mismo nivel de su primera temporada, con un episodio final bastante triste y melancólico, así como inesperado.
FRINGE. Salvada in extremis por legiones de fans, la serie ha demostrado ser lo mejor en el terreno fantástico del momento. En esta temporada, la cuarta y última, que acaba de comenzar, seguiremos las peripecias de la agente Dunham y compañía.
Ahora que los dos universos se han fusionado, Peter Bishop se ha convertido en un extraño, un hombre sin lugar, desplazado.
Esta serie se ha convertido con el tiempo y la valentía de sus creadores en una delicia para el espectadores aficionado al fantástico y al ciencia ficción. Espero que el remate de la historia esté a la altura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario