lunes, 12 de diciembre de 2011

MELANCHOLIA


No sé que me ha dado este fin de semana que sólo he visto cine europeo. En fin. Nos encontramos ante la nueva producción del controvertido Lars Von Trier, un tipo que utiliza una pose ante los periodistas para llamar la atención, cuando lo que mejor puede hablar de él es su cine.
Justine (Kirsten Dunst)se ha casado, parece feliz e ilusionada. Pero cuando llega a la gran mansión donde se va a celebrar el banquete mira hacia el cielo y ve una estrella que no identifica. Su cuñado (Kiefer Sutherland), aficionado a la astronomía le da una breve explicación que parece tranquilizarla. Una vez dentro del lugar podemos ver a la familia de la chica y de su novio: Una madre contraria un rito matrimonial (Charlotte Rampling), que no para de recriminárselo; el padre (John Hurt), un mujeriego y borrachín; la hermana (Charlotte Gainsbourg), preocupada por que todo salga bien, desesperada por el desastre en el que se convierte la celebración; el suegro y jefe (Stellan Skarsgard) de la protagonista, que la asciende en su trabajo de publicista y demás familiares en invitados...
Justine comienza a entristecerse por momentos, cayendo en un estado depresivo que ni el amor de su recién marido, de los cuidados de los familiares logran remediar.
Tiempo después suceden dos cosas: Por un lado, Justine regresa a la casa de su hermana, en una estado deplorable, casi catatónico. Por otro, lo que el cuñado pensaba que era una estrella es un planeta, Melancholia, que se acerca irremediablemente hacia La Tierra.
Los próximos días serán extraños y aterradores, veremos como los habitantes de la casa quedan aislados y se enfrentan a lo que parece el fin del mundo.
La película ofrece una serie de imágenes de gran belleza, acompañadas de música de Beethoven y aunque el elenco está muy bien, me pareció una pelicula exenta de emoción, fría, aunque no aburre y eso que dura 136 minutos, lo que hoy en día ya es todo un logro.

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