Había tremendo nerviosismo por ver la adaptación del comic escrito por Robert Kirkman. Durante meses nos hemos relamido viendo las fotos y el trailer de la serie y finalmente ha llegado a nuestras pantallas y, sí amigos, vaya virguería. El hecho de que la emita la cadena por cable AMC y de que el máximo responsable de la adaptación sea Frank Darabont ya son razones suficientes para confiar en que se trata de un producto de calidad, pero es que desde anoche no paro de babear.
En el primer episodio se adapta un tercio del primer volumen de esta saga que ya va por su decimotercer trade paperback, y en ella seremos testigos de como el ayudante de sheriff, Rick Grimes es tiroteado y cuando despierta contempla, atónito, como ha llegado el Fin del Mundo. Todo es muerte a su alrededor, casas desiertas, automóviles abandonados, cadáveres apilados y sobre todo... zombis. Muertos vivientes que aparecen aquí y allá, atraidos por el ruido y con los que es mejor no cruzarse.
Su mujer e hijo han desaparecido y todo lo que conformaba su vida ya no existe.
Este primer episodio deja algo claro, no se traiciona al material original. De hecho, se mejoran situaciones que en le comic sólo se esbozaban (el encuentro con el cadáver descompuesto que se arrastra; el padre y hijo de color que se ocultan en una casa).
Ésta es una serie que habla de personajes y de hasta dónde podemos ser capaces de llegar en una situación límite.
La audiencia norteamericana acaba de auparla al primer puesto de la historia en lo que a índice de telespectadores de televisión por cable se refiere. O sea, que es casi seguro que habrá segunda temporada.
La pena es que esta primera sólo tiene seis episodios. Ya me como la uñas...
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