Australia. Un pequeño pueblo llamado Red Hill. El joven ayudante del sheriff local, Shane Cooper (interpretado por el hermanito de Anna Farris, Ryan Kwanten, en True Blood) se presenta a su primer día de trabajo. Acaba de llegar a la localidad con su mujer embarazada y en medio del descontrol de la mudanza se olvida de su arma reglamentaria.
Una vez llega a la comisaria,sus compañeros y más tarde el propio sheriff no lo tratan de una manera demasiado educada. De todas formas, el chico se traga su orgullo y comienza una jornada laboral que no olvidará por dos hechos: Un animal salvaje está devorando a los caballos de la zona. La teoría de un viejo granjero es que hay una pantera rondando el lugar, lo que provoca la sorna y pitorreo de los agentes de la ley.
El segundo suceso es que después de una explosión en una carcel cercana ha escapado un peligroso criminal, Jimmy Conway, al que todos en el pueblo parecen tener pavor.
Es entonces cuando comienza un juego del gato y el ratón. La casualidad hará que Shane se encuentre con Conway, una imparable máquina vengativa.
Él será el único que podrá averiguar qué ocurrió en el pueblo hace años y por qué Conway ha regresado para limpiar una deuda...
Western moderno, con un argumento que te engancha desde el principio y que se remonta a las mejores películas de cowboys clásicas, ofreciendo el típico showdown en un pueblo que se torna fantasmal. Al final, nada es lo que parece.
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