Esta película sólo les va a gustar a los siguientes grupos de personas: Aficionados a los comics, en especial al Amerimanga; locos de los videojuegos (los antiguos, los de 8 bits) y amantes de las comedias juveniles.
Scott es el bajista de un grupo amateur, los Bomb-Oms y hace una año que no sale con ninguna chica hasta que comienza a salir con la jovencita Knives Chau, una japonesita que está perdidamente enamorada de él. Pero un día, de repente, conoce a Ramona, una chica que se ha trasladado desde New York a Toronto, huyendo del pasado. Un pasado que se resume en siete ex-novios con los que el pobre Scott tendrá que batirse en peleas de videojuego, a cada cual más bestiaja: Chris Evans, Brandon Routh y Jason Swartzman son algunos de ellos.
Y a grandes rasgos este es el resumen de la película y la verdad es que no hay mucho más. Tampoco es que lo busque. Diversión friki con momentos delirantes, otros surrealistas, pero todo para espectadores iniciados.
Edgar Wright, el director (Zombie Party),le imprime un ritmo endiablado, lo que es de agradecer, ya que tantas peleas terminar por cansar un pelín.
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