Frank D´Arbo (Rainn Wilson-The Oficce) trabaja en la plancha de una hamburguesería. Es un ser solitario que recuerda un par de momentos felices en su gris existencia: El día que se casó con Sarah y como ayudó a un policía en su persecución de un caco.
Ahora Sarah, que tuvo problemas con la bebida y las drogas, se ha marchado con Jock (Kevin Bacon), un capo local y Frank se ha quedado solo, contemplando los dibujos de la pared.
Es por ello que decide convertirse en Crimson Bolt, un superhéroe que reparte justicia con una llave de tubo, rompiendo cabezas de los camellos y criminales de baja estofa de la ciudad.
En su búsqueda de datos para transformarse, Frank visita una tienda de comics y allí conoce a Libby (Ellen Page), una jovencita nerviosa que descubrirá el alter ego del justiciero, pasando a converirse en su sidekick, Boltie. Juntos repartirán estopa sin demasiado criterio y con mucha violencia hasta que tengan un enfrentamiento con Jock para rescatar a Sarah.
Aunque a la película se la podría calificar como una comedia, los hechos y aventuras narrados son terribles. Frank es un ser solitario, tremendamente religioso que se toma la justicia por su mano, llegando a dejar bastante maltrecho a alguna de sus "víctimas".
¿Pero todas las aventuras de Crimson Bolt son reales o producto de una mente enferma?
Después de la divertida La Plaga, James Gunn escribe y dirige esta película que trata otros temas más serios, aunque todo el argumento tenga momentos divertidos y surrealistas.
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