Han pasado ocho años desde Retratos de una obsesión, una película que ya denotaba una sutileza y poderío visual a la hora de contar historias. Mark Romanek, su director, regresa con esta dramática historia. Kathy, Tommy y Ruth son tres chavales que se están criando dentro del típico colegio inglés, rígido y lleno de normas. Pero poco a poco, nos iremos dando cuenta de que nada es lo que parece. De hecho, ellos y el resto de sus compañeros son "sujetos", meros recipientes, con una función muy específica. Pero ese "uso" no los hace menos humanos, y es por ello que seremos testigos del triángulo amoroso que se forma entre la celosa Ruth y Tommy, con el que empieza una relación, y la tímida Kathy, testigo de todo lo que pasa a su alrededor.
Será dentro de una de las clases cuando una profesora les revele su verdadero papel.
Narrada con sensibilidad, enmarcada dentro de una trama de pseudo ciencia ficción, pero totalmente realista, cuenta con las geniales interpretaciones de Karey Mulligan y Andrew Garfield (el futuro Peter Parker), asimismo también es elogiable el papel de la casi siempre sosa Keira Knightley.
Guionizada por Alex Garland, escritor vinculado a la filmografía de Danny Boyle, está basada en una novela de Kazuo Ishiguro.
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