domingo, 23 de enero de 2011

MÁS ALLÁ DE LA VIDA


Si hubiera que hacer un resumen de esta última película de Clint Eastwood podría decir que el tema principal es la soledad. La soledad que encuentra una famosa presentadora francesa, que tras traspasar el umbral de la vida por unos minutos ve como su trabajo, su novio, todos los que la rodean la abandonan. Es su obsesión por saber que hay tras la muerte lo que la conduce a este estado de soledad.
George (Matt Damon) tiene un don, puede conectar con el "otro lado". Pero para él es una maldición que lo hace huir de la fama y el dinero. En el único momento en el que parece haber una oportunidad de iniciar una relación, su facultad lo estropea todo. Termina solo, oyendo grabaciones de obras de su autor favorito, Dickens.
Dos hermanos gemelos malviven junto a una madre drogadicta. Un accidente hará que uno de ellos muera y el superviviente quiera, por todos los medios a su alcance, recuperar a su hermano. Saber que está ahí, junto a él.
Por separado, las tres tramas no están mal. El comienzo de la cinta con el tsumani, es espectacular por su realismo. Pero a medida que la película avanza los personajes están condenados a vagar, a dar vueltas con su dolor y la historia no avanza. Es ahí cuando el guionista (Peter Morgan-The Queen, Frost vs Nixon) lo resuelve todo con un giro en la trama que reunirá a los tres en la ciudad de Londres.
Hay dos tramos de la película especialmente fallidos. uno, la búsqueda del solitario gemelo de ayuda en varios "profesionales". No sé de donde sacó el dinero el chaval, pero estoy seguro que con 200 libras no llega ni a la esquina.
El otro es el final, en el que todo se desdibuja para transformarse en un momento romanticón, que se salta las propias leyes del argumento (esto tiene que ver con la capacidad de George...) y en el que los caminos que hemos seguido hasta el momento terminan por cruzarse y converger en una calle londinense.

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