Bill y Karl, padre e hijo, están inmersos en un proceso judicial. Karl acaba de salir de la cárcel tras cumplir su pena. Alguien de su entorno se ha ido de la lengua. Regresan a casa y entre conversaciones vamos conociendo a esta familia que completa Maggie, la madre. Beben whisky,reciben a amigos que les dejan sospechosos sobres...
Que ocurre aquí?
Valda, una chica con la que el enajenado Karl salió unos meses dice estar embarazada de él, lo que suma un elemento más a la ya confusa ecuación. Y la sombra del traidor revolotea sobre la cabeza de este peculiar grupo.
Robin Wheathley dirige ésta, su primera película, y nos narra la vida de esta familia de mafiosos y lo que la locura, el descontrol y la desconfianza puede llegar a hacerles. Imaginad una mezcla del cine social a lo Ken Loach mezclado con un episodio de Los Soprano, pasado por el tamiz british. Obtenemos esta historia negra, muy negra y caústica a más no poder. Te ries, sí, pero no puedes evitar tener algún que otro escalofrío. Sobre todo hacia el final de la pelicula, cuando todo se desmanda.
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