Hay momentos especiales, instantes que van a quedar grabados en tu memoria para siempre. Eso es lo que ocurre con la lectura de esta gran obra. Es una historia gris, triste, que parte del dolor por la pérdida del padre de Antonio Altarriba, el guionista. A partir de ahí vamos a hacer un viaje en el tiempo, en la historia de ese otro Antonio, el padre que aprendió a volar.
Plasmada en imágenes con maestría por otro grande del comic, Kim, vamos a conocer la juventud en los campos, donde ya intentó huir del opresivo ambiente que lo rodeaba. Saltaremos a los últimos años de la Segunda República y como el espíritu de lucha guía al joven por varias situaciones. La Guerra Civil, el autoexilio, el regreso y la larga y dura postguerra serán algunos escenarios donde seremos testigos de la dura vida que tuvo este hombre y como, finalmente, cuando ya no le quedaba nada más por lo que vivir, abrió una ventana...
Un comic enmarcado en un largo y convulso periodo de nuestro país y que junto a maravillas como el Berlin de Jason Lutes, muestra que un comic es ante todo una historia, una buena historia. Y éste lo es.
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