martes, 9 de marzo de 2010

CRAZY HEART Y UNA REFLEXIÓN


Aprovechando la entrega de los premios Oscars del pasado domingo, anoche vi la película que le ha valido el premio dorado al gran Jeff Bridges. En esta historia de cantantes country, borda el papel del viejo y alcohólico Bad Blake, una leyenda que tiene siempre un pie en el infierno. Sólo, arruinado y enganchado a la botella recorre los USA en su vieja furgoneta. En uno de estos lugares, que ya son todos el mismo para él, conocerá a una joven madre divorcida (Maggie Gyllenhal) y poco a poco inician una relación. Él parece que abandona las sombras que lo rodean, pero un suceso hará que todo a su alrededor vuelva a hundirse. Desde el fondo del pozo que es su vida tendrá que decidir si quiere acabar muerto en un callejón o levantarse y caminar.
la peli está muy bien, entra dentro de la línea que podríamos definir como historias de perdedores que se redimen, o no... Sólo un par de peros. El primero es que la relación del viejuno Blake con la joven redactora roza un poco la ciencia ficción. Tal vez una actriz algo mayor hubiera dado más verosimilitud a lo que se narra.
El segundo pero es Colin Farrel, que aunque ha mejorado con los años, pone unas caritas cuando hace que canta que bueno, digamos que al lado del inmenso Bridges queda bastante eclipsado y sobreactuado.
la reflexión a la que me refiero es que sí, que Bridges lo hace muy bien.Igaul que lo hicieron Mickey Rourke, Dustin Hoffman, Daniel Day Lewis o Tom Hanks, por sólo citar a unos cuantos. Pero que une a estas interpretaciones... Pues todas llevan al actor a lo extremo: retrasados, violentos, alcohólicos, etc. Y es por ello que me parece algo injusto que una interpretación tan cojonuda y contenida como la que hace George Clooney en Up in the Air no haya sido tenida más en cuenta. Con una simple mirada vemos lo vacía que está la vida de su personaje.
En fin, divagar no cuesta nada. Es la política habitual de estos premios.

1 comentario:

  1. Ya lo dijo Robin Williams hace años: cuando quisiera ganar un Oscar, haría de retrasado travestido alcoholizado.

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