La vida de Eli (Jesse Eisenberg) está marcada por la adicción de su madre Penny (Impresionante, como siempre, Melissa Leo) y súbitamente le llega la oportunidad que tanto tiempo lleva esperando: Una audición para estudiar en una de las escuelas de música más reputadas del país. Pero lo que Eli no sabe es que ese día se va a convertir en el más complicado de su vida, ya que para poder marcharse tranquilo debe dejar primero a su madre en un centro de rehabilitación, al que no puede acceder al estar limpia. El consejo que el doctor le da es que tome una dosis y entonces sí que podrá admitirla... Así que la pareja se encamina a la casa Sprinkles, un camello de tres al cuarto que vive con su madre y su hermano Black. Ya que Eli sabe castellano tendrá que mediar ante un narco hispano si quiere la dosis para su madre. Y esto sólo es el principio de las peripecias del joven, ya que sólo tiene dos horas para hacer todo esto y enmedio tirarle los tejos a su compañera de instituto, Chloe.
Esta película, codirigida por Phil Dorling y Ron Nyswaner es una tragicomedia, o comedia con momentos dramáticos, como prefiráis y me recuerda a las películas del Gran Thomas McCarthy, con esa curiosa y mesurada mezcla que en cualquier momento se puede inclinar a un lado o a otro. Ha sido una de las producciones que más ha destacado en el último Festival de Sundance.
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