.
Rectificar es de sabios. O al menos es lo que dicen. No puedes juzgar una película hasta que la has visto.
¿A que viene esta introducción? Pues que cuando vi el trailer y el argumento de Caballo de Guerra pensé que a Spielberg se le había ido la pelota. En parte ha sido culpa de la terrible cuarta entrega de Indiana Jones y ese Tintín videojueguil que no me terminó de gustar. Pero esto ha sido otra cosa. Eso sí, nos encontramos con un filme que parece estar dirigido a un público más inocente, donde se habla sobre valores como amistad, la confianza... y es que Spielberg nos traslada a una época donde se hacía otro tipo de cine, películas como esta ya no se ven, son una rareza, tal vez podríamos considerarla un ejercicio de estilo.
El protagonista de la cinta es Joey, un magnífico caballo, por cuya existencia pasarán varias personas y a todas las dejará marcadas por su fuerza y poderío. Desde el alcoholizado y atormentado Tedd Narracott (soberbio Peter Mullan), que gasta todo su dinero en una subasta para comprarlo; hasta su hijo Albey, que lo entrenará en las labores del campo y pondrá a prueba su tesón; el Capitán Nicholls, que cuidará de él en la contienda y varios personajes más por cuyas existencias pasará el corcel, dejando una imborrable huella.
Es increible la manera en la que el director filma al animal, dotándolo de una personalidad arrebatadora y que hará que en varios momentos de la cinta se le salten a uno las lágrimas: Su carrera a través de las barricadas es impresionante y terriblememte dolorosa...
Secundado por un grupo de intérpretes británicos (Mullan, Emily Watson, David Thewlis, Tom Hiddleston, Benedict Cumberbatch y el joven Jeremy Irvine), una impresionante fotografía de Janusz Kaminski y otra gran banda sonora de John Williams, nos encontramos con un filme que hubiera sido considerado un clásico en la época en la que dirigían películas David Lean y demás coetáneos, pero que hoy se convierte en una rara avis cinematográfica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario