martes, 16 de agosto de 2011

WIN WIN


Tom McCarthy nos regala otra gran película, y van tres.
Mike Flaherty es un abogado de provincias que además de tener pocos clientes y una economía no demasiado boyante, entrena un equipo de lucha libre que no gana un combate ni en sueños.
Uno de sus clientes, Leo, un anciano en las primeras fases del alzheimer, es obligado por un juez a que lo tutorice una persona. Al no tener familia cercana, Mike se convertirá en su valedor. Pero la verdad es que el Gobierno paga mil quinientos dólares a quien lo haga... Y al abogado le hace falta el dinero.
De pronto aparece Kyle, el callado y rebelde nieto de Leo. Su madre ha sido ingresada en un programa de desintoxicación y él no tiene nadie a quien acudir. El chico empezará a vivir con Mike y su familia. Un buen día decide ir al entrenamiento y allí los deja a todos boquiabiertos, ya que es un hacha del deporte.
El muchacho logra integrarse bien en la comunidad, comienza a asistir a clases en el instituto y cuida de su abuelo. Pero las cosas cambiarán cuando alguien aparezca en la ciudad y todo se tambalee.
Contando con un protaginonista como Paul Giamatti y un guión que mezcla la comedia con el drama, el director logra otro retrato de personajes, algunos moralmente cuestionables, pero que intentarán redimir sus errores y filma otra joya a la altura de sus dos anteriores películas, The Station Agent y The Visitor.

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