Cuando vi el trailer de esta peli pensé, "vaya, otra cagada del Nicholas Cage". Y bueno, no es que sea nada del otro mundo, pero al menos es distraída y va a saco.
En un medievo de videojuego, dos cruzados (Cage y Ron Perlman) desertan y regresan de incógnito a su país, que está asolado por la plaga de la Peste. Son tiempos de superstición y por ello se ajusticia a toda mujer que pueda ser una bruja (que lo sea o no, ya es otra cosa...). Los dos amiguetes son arrestados y encarcelados, pero un moribundo religioso (Christopher Lee, maquillado como Mister Potato) les encarga la tarea de custodiar a una joven acusada hasta una remota abadía, donde se la juzgará. Junto a otro caballero, un cura y un mozalbete (Robert Sheehan, el Nate de Misfits) parten hacia el lugar.
Como si de un videojuego se tratara, los protas van superando mil y un peligros, cáscándola de uno en uno, mientras la bella e inocente joven esconde un terrible secreto que será desvelado en la abadía y que tiene relación con un antiguo grimorio.
En fin: Distracción, efectos especiales reguleros y una historia que bueno, vale para comer palomitas. Eso sí, Nic Cage, rápate ya, hombre...
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