Esta es una historia sobre perdedores. Los de la Guerra Civil. los que debían vivir con la cabeza gacha por haber pensado de otra forma, por no querer seguir las normas.
En un poblado oscuro es asesinado uno de los pueblerinos. Una leyenda que corre dice que ha sido Pitorliua, un loco que vaga por los bosques que rodean al lugar.
Andreu, un niño, es el testigo de este hecho, pero sus padres ya tienen demasiados problemas para sobrevivir, ya que su padre fue uno de los perdedores de la contienda. Es por ello que debe abandonar el lugar y viajar a Francia.
El niño irá a vivir con sus tías y abuela, allí compartirá el tiempo con su primo Quirce y una niña que está asilvestrada desde que perdió su mano por culpa de una granada y con la que tendrá una relación de amor odio, despertando deseos encontrados en él...
Todos estos y algunos más, como el alcalde y los señoritos del pueblo son las piezas de un juego de ajedrez oscuro, misterioso y que esconde muchos secretos, bastante terribles...
Esta no es la típica y tópica película española sobre la Guerra Civil. Agustí Villaronga, su director, tiene un sello y la sabe rodear de un atmósfera que por momentos es irreal, de unos personajes que son como sombras, sumidos en la tristeza y cómo el futuro de uno de ellos, ya trazado, puede cambiar.
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