Esta película, dirigida por Miguel Ángel Vivas, es un tour de force, una nerviosa carrera cinematográfica, rodada en varios planos secuencia y que comienza con un prólogo que marca el tono de la historia: Un hombre yace, maniatado y con una bolsa de plástico en la cabeza. Parece muerto, pero de pronto, comienza a respirar nervioso. Un chico lo encuentra y tras liberarlo, éste le pide un móvil con el que se comunica con su hija. Ella le dice, entre sollozos, que le acaban de disparar a su madre...
Saltamos a una mudanza, una familia compuesta por el padre, la madre y una hija algo rebelde se han trasladado a una gran casa en una urbanización de lujo. Es el comienzo de una nueva vida. La hija ha quedado con un noviete para irse de fiesta esa misma noche, lo que hace que se pelee con su madre, que quiere celebrar la primera noche en la casa.
Pasan las horas, llega la hora de la cena y sin previo aviso, tres encapuchados irumpen en la casa. Comienza el infierno. Durante algunas horas, los habitantes de la casa serán maltratados, violentados, robados... Culminando con un desenlace que te deja con la boca abierta.
Todos los actores están increibles, pero cabe destacar el papel de Manuela Vellés, como la hija, que hace creíble el estado histérico en el que cae la muchacha.
¿Qué pasa con el cine español? Se están haciendo pelis interesantes, curioso.
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