Un joven agente y su novia hablan por teléfono. A ella se le ha pinchado una rueda del coche y espera, sola, enmedio de la nieve a que llegue una grúa. Los dos están muy enamorados y hacen bromas, mientras él forma parte de un operativo.
De repente aparece un autobús escolar y el conductor le ofrece a la chica su ayuda, pero ella desconfía. Y tiene razones para ello. Él tipo la agrede con un martillo, dejándola medio muerta. Se la lleva a su cubil y allí, de una manera bestial, la asesina y corta en pedazos.
A partir de ese momento la vida del joven agente, Kim, se rompe en mil pedazos y sólo habrá una idea en su cabeza: vengar la muerte de su prometida. Con la ayuda de su suegro seguirá la pista a varios sospechosos, buscando al verdadero culpable. Poco a poco, el cerco se irá estrechando, y un juego del gato y el ratón comenzará.
Pero para ello, Kim deberá meterse en la piel de un asesino y literalmente convertirse en uno...
Soberbia película del director coreano Ji Woon Kim, autor entre otras de Dos Hermanas, El bueno, el feo y el raro y A Bittersweet life. Protagonizada una vez más por su actor fetiche Byung-hun Lee, que realiza una interpretación impresionante como este policía implacable, roto por el dolor. Frente a él, el psicópata, interpretado por Min-sik Choi al que recordamos de la genial Old Boy.
En fin, durante dos horas y media no podrás levantarte del sillón con este thriller de violencia extrema, pero construido sobre una gran historia.
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