viernes, 17 de junio de 2011

LEYENDO COMICS: FLUJO


Martin es un ilustrador de cuentos para niños, pero hastiado de su trabajo consigue una beca que le va a permitir ejecutar un proyecto pictórico-fotográfico. Comienza la busqueda de modelos, pero se topa de la desconfianza de la mayoría de las chicas a las que se acerca. La casualidad hará que se tope con una, tímida, algo feucha y gruesa. Tina es su nombre.
Lo que al principio es sólo una relación profesional se irá tornando en algo más íntimo, con veladas sugerencias por parte de la chica, que no es lo que parecía. Martin no podrá quitarla de su cabeza y vive obsesionado con imágenes de su orondo cuerpo, cubierto de prendas sadomasoquistas y sudor.
Una cosa lleva la otra y finalmente comienzan una intensa relación basada en el sexo, en las ideas que se cruzan por la cabeza del pintor. Pero poco a poco, la verdadera personalidad de la chica va apareciendo y la relación se transforma en lo más parecido a un infierno. No sin antes haber traspasado los límites, si los hay, del sexo...
La Cúpula publica, por fin, esta historia que da final a la trilogía formada por Succión y Escombros. Pero lo que en ambas se narraba en mundos de fantasia, con personajes irreales (pero con comportamientos muy humanos) en Flujo todo es real y se mete de cabeza en otro mundo que ya han vislumbrado escritores y cineastas como Cronenberg o Ballard.
Serializado en la revista Weasel, su autor Dave Cooper, realiza una obra de ésas que se te quedan en la cabeza días después de haberla leído.

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