No soy amante de los remakes. Eso de "rehacer" una película me parece, la mayoría d elas veces una falta de respeto al material original. Además, rara vez se mejora nada, tan sólo se repite lo mismo que ya nos han narrado o definitivamente se estropea un material que hubiera sido mejor que permaneciera tal como estaba.
Es por ello que cuando te encuentras ante una película como The Crazies, recelas. Un sólo vistazo a la producción original, dirigida en el año 73 por George A. romero hace que pierdas el miedo, ya que es imposible hacer una película más mala. También conocida cómo Codename: Trixie, nos encontramos ante una de esas pelis hechas con dos duros y con un reparto de actores aficionados que bueno, hacen sonrojar a cualquiera. Desprovista de cualquier ritmo, intercalando imágenes de documentales y metiendo de vez en cuando un plano de una chica que enseña algo de su anatomía.
George A. Romero, director excesivamente valorado, que vive de las rentas de su mejor película, La noche de los muertos vivientes, demuestra con ésta que su carrera como cinematográfo ha sido una cuestión de suerte más que otra cosa.
The Crazies, versión 2010, es una historia nueva, que tan sólo toma del argumento original el hecho de que un avión militar que transporta una droga en estudio cae en el lago cercano a un pueblo. La acción se traslada de Pensilvania a Iowa y el resto es todo nuevo y diferente, para mejor. La pateja formada por el sheriff local y la doctora (Timothy Olyphant y Rhada Mitchell) se encuentran atrapados en una vorágine de locura en la que los que antes eran sus vecinos se han convertido en asesino sangrientos. Veremos como el pueblo es vigilado vía satélite por los militares, que llegan al lugar y lo cercan, obligando a todos los habitantes a pasar por una criba en la que separarán a los sanos de los contagiados.
Para la pareja protagonista y otros dos jóvenes del pueblo que se les une sólo quedará la opción de huir, ya que los militares (que casi nunca muestran sus rostros, ocultos tras una máscara antigás) ejecutan con rapidez a cualquier sospechoso de estar infectado.
El director Breck Eisner demuestra su talento con una película sencilla, que va al grano, efectiva y con momentos espeluznantes.
No voy a desvelarlo, pero el final de la cinta os dejará pegados al asiento.
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