Martin, un estoico cazador, es contratado por una compañía biotecnológica para que cace al último tigre de Tasmania, un animal que se creía extinto. Una vez llega al lugar no podrá evitar relacionarse y adoptar una actitud paternal con los hijos de la mujer en cuya casa se aloja, Lucy Armstrong, que pasa el tiempo tumbada en la cama desde que su marido, un activista ecologista, desapareció en el bosque.
El cazador se irá dando cuenta de que no es que no es el único que persigue al escurridizo animal y que algún habitante del pueblo tiene intereses propios con respecto a lo que ocurre, tejiéndose una tupida red que terminará por envolver a todos los personajes.
El siempre efectivo Willen Dafoe interpreta aquí a uno de esos personajes callados, observadores, pero resolutivos cuando las cosas se ponen mal. Solitario que vislumbra una tenue esperanza de nueva vida con los Armstrong, pero que verá como la tragedia los golpea con fuerza, haciendo que su misión se convierta en algo personal.
Producción australiana en la que además de Dafoe, le acompañan Sam Neill y Frances O´Connor (I.A.) y nos muestra unos paisajes, los de Tasmania,hasta ahora bastante desconocidos.
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