lunes, 17 de octubre de 2011

MIENTRAS DUERMES


César trabaja como conserje de un edificio. Es un tipo simpático, servicial y que cuida de todos los vecinos como si fueran su propia familia. Pero, en realidad, el portero es un ser frío, incapaz de ser feliz y es por ello que se mete en las vidas ajenas de los habitantes del inmueble. En especial en la de la pizpireta y feliz Clara, una treintañera que parece no tener ningún problema.
Poco a poco seremos testigos de cómo César trae la infelicidad a las existencias de los demás, siendo su única confesora su enferma madre, que lo escucha sin poder hacer nada.
Jaume Balagueró rompe con el ritmo frenético y gore de las dos REC para ofrecernos un producto más clásico, que mezcla al Hitchcock de los últimos tiempos (Frenesí) con Polanski. El peso de la historia recae sobre el soberbio Luis Tosar, en cuyo pellejo interpretativo calza a la perfección este personaje, un psicópata cotidiano. Desde su punto de vista seremos testigos de las putaditas de gasta a los vecinos y como alguien que vive en el edificio conoce su "afición", lo que le pondrá las cosas algo difíciles.
Lo único criticable de esta buena película es la extremada positividad del personaje de Marta Etura. Clara es tan, tan feliz que resulta poco creible. Aunque cuando la historia termine, la sonrisa se haya borrado definitivamente de su rostro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario