Basada en un telefilm del año 73, Guillermo del Toro produce y coescribe el guión de esta historia de terror. La Mansión Blackwood esconde en su interior terribles secretos que han hecho que lleve abandonada muchos años. Kim y Alex, una pareja de novios y, reciben a Sally, la problemática hija de éste. La niña no quiere vivir con su padre y rápidamente se dedica a explorar la vieja mansión, encontrando un sótano hasta ahora oculto. Allí se obsesiona con unas voces que la llaman, instándola a que las libere, abriendo la tapadera de una caldera. Así lo hará, sin saber que ha desencadenado el horror...
Película de ambiente gótico, muy del gusto del director Troy Nixei, más conocido por ser dibujante de comics (realizó Jenny Finn con guión de Mike Mignola) y en la que lo que más destaca es el diseño de los pequeños, pero letales monstruitos que habitan en una sima sin fondo bajo la casa.
Por desgracia, para un público curtido en el terror, esta película no da susto, ni mal rollo, pese a la hermaniana nada sonora con la que Marco Beltami subraya los momentos de tensión. Ni Guy Pierce ni Latie Holmes destacan especialmente en sus papeles y la niña Bailee Madison, con cara siempre de ir a llorar, termina dando más rabia que otra cosa.
Una película distraida, con un buen diseño de producción y unos bichejos de diseño muy chulo.
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