Los Harmon son una familia que se trasladan de Boston a Los Angeles después de haber sufrido algunos problemas: Vivien (Connie Britton), la madre, tuvo que abortar a su bebé de siete meses y poco tiempo después descubrió que Ben (Dylan McDermott), su marido, le estaba siendo infiel con una alumna.
La hija adolescente de ambos, Violet, también tendrá problemas en el instituto al enfrentarse a una pandilla de pijas, comandadas por una desquiciada y cocainómana chica. Tate, un paciente de su padre, la ayudará a librarse del problema.
Compran una nueva casa y quieren empezar de cero, pero el lugar tiene ya una historia. Sus últimos inquilinos, una pareja gay, murieron ambos y las cosas que ahí van a ver y experimentar no son precisamente "normales".
Empezando por Constance (recuperada Jessica Lange) y su hija Addy, que sufre de Síndrome de Down, vecinas de la familia y raras, raras... Así como Moira (Frances Conroy- A dos metros bajo tierra), el ama de llaves que según quién la mire tiene un físico distinto, muy distinto...
Todo en esta serie es extraño, oscuro, retorcido. Se enmarca dentro del American Gothic y la verdad es que este primer episodio te deja con ganas de ver más. Esa mezcla de terror, humor negro y sexo les funciona a sus creadores: Ryan Murphy y Brad Falchuck, responsables entre otras de Glee y Nip/Tuck.
Cruzemos los dedos para que el listón se mantenga.
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