Ponent Mon saca al mercado español este nuevo tomo del maestro nipón Jiro Taniguchi. En esta ocasión el autor se pone introspectivo y nos relata un periodo vital en su juventud. El momento en el que decidió marcharse de su pueblo natal y comenzar a trabajar en el mundo del manga, donde tantas alegrías nos ha dado a sus admiradores.
Con la naturalidad que lo carateriza, sin grandes estridencias, nos va narrando sus peripecias en un trabajo en el que por casualidad debe hacerse cargo de la vigilancia de la hija del jefe. El jovenzuelo, inexperto en las cosas de la vida, será utilizado por ésta para continuar una secreta relación con un antiguo empleado de su padre. A raiz de lo que sucede, el muchacho se traslada a Tokio y por casualidad, gracias a un amigo, logra empezar a trabajar en el estudio de un famoso mangaka. Y es aquí cuando veremos lo dura que es la vida del dibujante, da igual que sea japones o de Valladolid. Largas norches sin dormir, plazos de entrega, temas recurrentes que a más de uno le pesan como losa.
Su relación con los miembros del estudio y cómo la casualidad hará que conozca a una joven enferma que será la mecha que finalmente prenda su comienzo real como artista de manga.
Una obra sublime, que emociona por momentos sin llegar a ser dramática, con esa aparente "frialdad" que recubre a la personalidad japonesa, pero que una vez retirada nos muestra un mundo de sentimientos que todos compartimos.
Una muestra más de que del Pais del Sol Naciente no sólo llegan ojos grandes, bofetadas y efebos lánguidos.
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