Atención: Si no os gusta la música, saltáos esta reseña, por favor.
Tremendo retrato coral de los habitantes de New Orleans después de que el huracán Katrina les arrebatara sus casas, sus vidas, todo... David Simon, creador entre otras de The Wire, nos lleva de la mano por estas calles fantasmales, algunas de ellas, que se mantienen en pie por el esfuerzo de unos pocos valientes que regresaron a su lugar de origen. Las experiencias vitales de estos personajes son los que nos darán una visión global de lo que es esta urbe y lo que significa vivir allí: Antoine Batiste, socarrón músico que toca con maestría el trombón allí donde puede. Mujeriego, con hijos repartidos a lo largo y ancho del lugar.
Ladonna, propietaria de un bar, madre de familia y embarcada en la búsqueda de su hermano menor David. Tiene dos hijos de una relación con Batiste.
Janette, genio de la cocina, intenta mantener a flote su pequeño restaurante mientras tiene una relación singular con el alocado Davis Macalary, un músico, DJ, político... Colgado de la vida, rendido al ritmo del jazz y amigo de todo el mundo.
Toni Bernette, abogada que ayuda a Ladonna en la investigación. Está casada con Creighton (John Goodman), profesor universitario, historiador y escritor que no soporta la injusticia y el olvido que el Gobierno tiene hacia su amada ciudad.
Albert Lambreaux, jefe indio de un grupo que sale en en el Mardi Gras, el carnaval. Regresa y toma posesión de un ruinoso bar, que poco a poco limpia y reconstruye, así como intenta recrear el grupo que una vez fue.
Pues bien, todos estos y muchos más: Músicos callejeros, estrellas reales como Elvis Costello, Terence Blanchard... y muchas más forman el tapiz que hace de esta serie una obra maestra.
Y si además os gusta la música... Uauh! Decenas de temas han sonado ya en los diez primeros episodios que conforman la primera temporada de esta maravilla emitida en la HBO norteamericana.
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