domingo, 13 de junio de 2010

I LOVE YOU, PHILIP MORRIS


Hace mucho que la carrera del gran Jim Carrey no es lo que era. Después de una serie de comedias que se han convertido en clásicos (Dos tontos muy tontos; Yo, yo mismo e Irene...) y varios intentos por hacer cine más "serio", de la que surgieron El show de Truman y Man on the Moon, grandes películas ambas, el resto de su producción han sido comedietas con más o menos gracia y algún que otro acercamiento a otro tipo de cine alejado de las risas.
Ahora llega esta película en la que se mezclan comedia y algo de drama. En ella se nos presenta a Steven Russell, un padre de familia cristiano, que trabaja de policía en un pequeño pueblo. Su vida es perfecta hasta que sale del armario. Es gay, muuuy gay (como él mismo confiesa). A partir de enctonces su vida será una espiral de gasto, locura, fiestas y desenfreno gayer. Pero una vez que se le acaba el dinero empezará a realizar actividades ilegales. Por ejemplo, se hace pasar por abogado cuando carece de los estudios, pero una suerte enorme y una cara dura como el cemento le harán salir de más de un embrollo. Sin embargo, la suerte no es eterna y terminará con sus huesos en la cárcel. Allí aplicará sus habilidades y se buscará la vida para labrarse una reputación. Y es entonces cuando conoce al Philip Morris del título, otro gay, tímido y apocado del que se enamorará locamente.
A partir de entonces todo lo que hará, lo que robará, engañará lo hará por amor.
La historia nos la cuenta el propio Steven desde la cama en la que se muere... pero en esta historia, basada en hechos reales, hay muchos giros y nada es lo que parece.
Especie de mezcla de Brokeback Mountain y Atrápame si puedes, ha tenido ciertos "problemillas" con la distribución y aunque debía de haberse estrenado el año pasado, algo ha ralentizado su estreno. Os puedo asegurar que no hay nada que pueda ofender a una persona sana mentalmente (de la gente podrida ni hablo...) y tiene momentos realmente hilarantes.

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