Una joven madre soltera y su hijo autista. Es sábado y ella ha quedado con un amigo para dar un paseo en velero. A bordo del Triangle y ya en alta mar verán,atónitos, como una extraña tormenta se acerca hacia ellos. Es tal la fuerza de ésta que el barco termina naufragando y nuestros protagonistas abandonados en medio del océano. Pasan las horas y en el horizonte se recorta la silueta de un buque, que poco a poco se va acercando a ellos. Es el Aelius, un transatlántico, aparentemente abandonado.
Y comienza el infierno. Uno a uno, los naúfragos serán asesinados por un misterioso encapuchado. Solo Jesse,la joven madre, podrá escapar y esconderse en el enorme barco. Y desde su escondite será testigo, incrédula, de que a lo lejos se divisa un velero hundido y sus ocupantes, que gritan llamando la atención de los ocupantes del Aelius. ¿Qué ocurre? A partir de entonces se inicia un bucle, una trampa temporal que se repite una y otra vez, hasta la desesperación... Y sólo hay una forma de huir de ella y volver a su hijo. Pero, ¿hasta dónde se extiende el bucle?
Tras la interesantes Creep y Severance, Christopher Smith escribe y dirige una película absorbente, con un guión que te atrapa y que con lentitud te muestra caras de una historia que te deja desolado y aterrorizado.
Papelón el de la joven Melissa George, a la que ya pudimos ver en 30 Días de Oscuridad y que comenzó en televisión con la serie Alias.
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