lunes, 10 de febrero de 2014

NEBRASKA

El argumento de esta película podría parecer simple, sencillo: Un anciano (Bruce Dern) se empecina en recoger el supuesto millón de dólares que le ha tocado en una de esas rifas cuyo único fin es timar a la gente y que compren revistas y demás artículos.
Su mujer y el hijo mayor (Bob Odenkirk, el genial Saul Goodman de Breaking Bad) se niegan a que haga el largo viaje hasta Lincoln, Nebraska, pero su otro hijo, David, movido por la compasión hacia un padre que se dirige inevitablemente hacia el olvido del alzeimer, accede a llevarlo.
Durante ese camino conoceremos parte del pasado de Woody, un antiguo mecánico, bebedor, al que su hijo no conoce todo lo que debiera.
Esta cinta es una pequeña joya, rodada en blanco y negro, nos regala paisajes e instantáneas de una America profunda, olvidada y solitaria. Se balancea por momentos entre el drama y al comedia, como el resto de la filmografía de Alexander Payne, que ya nos ofreció soberbios retratos de personajes en Entre Copas y Los Descendientes, entre otras.
Tiene varias nominaciones a los próximos Oscars, del que seguro que se lleva alguno, aunque la lucha de este año va a ser dura y hay muchas películas de calidad.

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