Año 1999, Los Angeles, distrito de Rampart. El agente de policía de Dave Brown pertenece a la antigua escuela, o sea, primero disparar y luego preguntar. Es un tipo homófobo, racista y tiene una vida privada bastante "curiosa" (vive con dos mujeres y se acuesta con todas aquellas que se le ponen a tiro). Pero sin embargo, es un tipo que siempre ha cumplido con su obligación, a su particular manera, pero lo ha hecho. La mala suerte hará que la persecución de un delincuente termine en paliza y que ésta sea grabada por una cámara. Los medios atacan al policía, cuya existencia será a partir de entonces una espiral, una caída sin fin...
No hay más que ver los créditos para comprender que este personaje no podía ser creado más que por James Ellroy, uno de los maestros de la novela negra contemporánea norteamericana, pero también un tipo que refleja en Brown todas sus radicales creencias y opiniones sobre el resto de la humanidad.
La película cuenta con un casting sólido, con un Woody Harrelson alejado de sus papeles de ido o atontado, que
realiza una convincente actuación. Ben Foster, Sigourney Weaver, Anne Heche, Sreve Buscemi, Robin Wright lo acompañan en papeles secundarios en esta historia dura, con un protagonista que es lo más alejado de un héroe que podemos encontrar, pero que pese a todo, posee un código propio, aunque llegue un momento en el que todas las puertas se cierren ante él.
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