El director James Wan (saga Saw) nos regala con esta película, tal como hizo con El Silencio del Mal, una interesante historia con varias vueltas de tuerca.
Josh y Renai son un matrimonio con tres hijos que acaban de trasladarse a una nueva casa. Dalton, el hijo mayor, escucha unos ruidos extraños y sube al ático de la casa. Allí tiene un pequeño accidente del que se recupera bien hasta que, de pronto, cae en estado de coma.
La desesperación de los padres es inmensa y entonces unos ruidos y extraños sucesos comienzan a ocurrir en el lugar. Renai es incapaz de concentrarse en su música, Josh se refugia en su trabajo de profesor mientras los fenómenos paranormales crecen en intensidad. Es por ello que deciden abandonar el lugar y trasladarse a otra casa.
Pero esa no va a ser la solución...
La presencia que los atemoriza sigue junto a ellos hay un secreto que sólo la madre (Barbara Hershey) de Josh conoce y oculta, un hecho del pasado que explica lo qué está ocurriendo. Eso y la ayuda de Elise, una simpática medium que utiliza unos métodos bastante poco convencionales junto a una pareja de ayudantes serán el medio para conocer la verdad que se oculta tras el coma del niño y la oscuridad que los rodea.
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